Habitantes de la Pequeña Haití en Miami gritan contra declaraciones Trump

La Pequeña Haití es el principal barrio de EE UU con ciudadanos de esa comunidad. Los inmigrantes de la isla caribeña se empezaron a establecer en esta zona de Miami en los 70 escapando de la dictadura de Jean-Claude Baby Doc Duvalier, alias Baby Doc. En aquel descampado a las afueras de Miami donde se habían cultivado cítricos desde inicios del siglo XX, los haitianos fueron desarrollando su barrio hasta hacer de él un centro simbólico de su diáspora. Hace dos años, después de mucho luchar con la burocracia de la ciudad, lograron que el barrio adoptase el nombre oficial de la Pequeña Haití.

Este viernes los gritos de la radio local llenaban el espacio de quejas en contra la pronunciación de Trump de referirse a Hatí como “un país de mierda”.

“Le puedo asegurar que estamos todos muy cabreados en la Pequeña Haití. Donald Trump tiene la boca muy sucia”, dijo Salomon, llegada a EE UU desde Haití en 1975, y con dos hijos y 14 nietos nacidos en suelo americano.

“Lo que tiene que hacer se sentar el culo otra vez en su torre de Manhattan y dedicarse a sus negocios de inmueble y hoteles. Este tipo no puede ser presidente de EE UU”, clamaba el artista Serge Touissant, de 53 años, uno de los mayores promotores locales de la cultura haitiana. Estaba en un baldío terminando un enorme mural con la bandera de su país por el que ha tenido que porfiar con unos propietarios de un terreno adyacente que, según él, se quejaban de que la enseña de la isla “depreciaría los solares de alrededor”.

“Esta es la Casa Blanca del odio”, afirmó el artista. “Si Trump sigue lanzando tanto odio acabará llevándonos a otra guerra civil. No puedes despreciar así a una comunidad que es parte de tu país. Hay haitianos en todos los sitios. Haitianos luchando en Afganistán por los EE UU, haitianos en la plantilla de empleados de la Casa Blanca. Y muchos haitianos, señor Trump, trabajando en su club de Doral [el establecimiento de golf del presidente en Miami]. ¡Cómo puede decir que es un país de mierda la primera república negra independiente que hubo en este maldito planeta!”.

En otro punto del barrio se encuentra la estatua de bronce de Toussaint Louverture, el Napoleón negro, padre de la insurrección de esclavos que desembocó en la emancipación de Haití en 1804. Sentados a sus pies dos hombres haitianos discutían sobre Trump. Uno de ellos, Robert Brown, de 56 años, se levantó ceremonioso: “Solo le diré una cosa”, dijo, y señaló al Louverture de bronce: “Si no fuera por este señor que está aquí, posiblemente yo no sería un hombre libre. Igual que los negros americanos sin Lincoln. El presidente Donald Trump se está equivocando de camino”.

 

Fuente: El País.

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