El Titanic II zarpará en 2018

Viajar en el ‘Titanic’ será posible a partir de 2018. No es que se vayan a reflotar los restos del naufragio del mítico crucero, sino que se está reconstruyendo uno nuevo con idénticos decorados, pero con la tecnología más moderna en materia de seguridad. La compañía Blue Star Line, la propietaria del trasatlántico cuya catástrofe fue llevada al cine por James Cameron, está ultimando la copia exacta del buque. Las intenciones de la naviera pasan porque el barco realice su primera singladura entre Jiangsu (China) y Dubai.

El ‘Titanic’ original tenía 269,06 metros de eslora (largo), 28,19 de manga (ancho) y 53,3 de puntal (altura máxima). El pasaje y tripulación convivían, separados según el billete pagado en nueve cubiertas -las más económicas abajo, cerca de los motores-. El barco podía llevar a 2.787 pasajeros. Con estas dimensiones, el nuevo barco tendrá un tamaño muy inferior a los cruceros actuales, que sobrepasan los 300 metros de largo, por 40 de ancho y más de doce cubiertas con capacidades superior a los 3.000 pasajeros.

Para realizar el ‘RMS Titanic II’ será necesaria la inversión de 430 millones de dólares (unos 355,5 millones de euros), una cifra muy lejana a los ocho millones de dólares (siete millones de euros) que costó el original.

Para la construcción del buque se están teniendo en cuenta los planos y viejas fotografías en blanco y negro del barco original. Las imágenes diseñadas por ordenador del nuevo ‘Titanic’, adelantadas por el rotativo británico Daily Mail, muestran las grandes escalinatas de madera labrada que daban acceso a los lujosos salones. Recrean el ambiente exclusivo, chimenea incluida, de la habitación destinada a los fumadores. También se enseña el café parisino, que evoca el modernismo de la época. La reproducción también muestra la replica exacta de la piscina cubierta del ‘Titanic’, que en el original estaba forrada de azulejos vitrificados de gran tamaño y que, a buen seguro, en el nuevo los plásticos modernos serán protagonistas, eso si, imitando alicatado de antaño.

Los camarotes también recrearán los muebles de principios de siglo XX, aunque obviando las hamacas que de los pasajeros más humildes y en las que, en la película, Leonardo Di Caprio aparece durmiendo junto a los emigrantes. A buen seguro que el ‘Titanic II’ montará marquetería fina en los camarotes de clase turista. Otra cosa es que el pasajero guste por pasar una noche colgado entre dos columnas al pairo de los tumbos que pueda dar el barco en la singladura.

Donde no habrá concesiones a la historia será en el puente de mando. Tal vez, como muestran las imágenes del proyecto, se deje ante los ventanales de primera fila un puesto de honor para el viejo timón. Tras el se sitúa todo un panel computerizado, con radares, sonares y equipos de telecomunicaciones para dirigir el buque.

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