“Es un día muy triste para nosotros, porque es una irreparable pérdida”, expresó el Padre Guillermo Cabello, sacerdote jesuita y amigo de Bartomeu Meliá, en diálogo con La Unión.
En ese orden, lo recordó como una persona muy sencilla y un gran defensor de los derechos de los pueblos indígenas desde su arribo mismo a nuestro país, allá por la década de 1950. “Era una persona muy sencilla, siempre tenía anécdotas qué contar y con ideas muy profundas… Ciertamente, un gran hombre”, resaltó, destacando a la misma vez que, cuando llegaban a Paraguay sacerdotes extranjeros, el propio Melià se encargaba de enseñarles el idioma guaraní.
El conocido religioso jesuita, español de nacimiento, debía cumplir mañana 88 años de edad, pero complicaciones en su hígado más problemas desgastantes ya arrastrados por la vejez le impidieron una nueva celebración de cumpleaños.
El velatorio será hoy en la Iglesia Cristo Rey, invitación que se halla abierta para quienes deseen despedirlo.