Salud: “Podés donar sangre a un año de haberte tatuado”

 

Las personas con tatuajes y piercings no pueden donar sangre, son algunos de los mitos y leyendas urbanas que circulan alrededor de las donaciones de sangre. Sin embargo eso es totalmente falso ya que la Dra. Elsi Vargas, de Servicios de Sangre del Ministerio de Salud asegura que una persona con tatuajes puede donar luego de un año de realizado el mismo.

En promedio, uno de cada siete pacientes que ingresan a un hospital necesita sangre. Tu donación sanguínea puede salvar la vida de hasta tres personas.

El proceso de donación dura de 20 a 30 minutos, tiempo que contempla la toma de datos del donante hasta la culminación del procedimiento de extracción. Los hombres pueden donar sangre cada tres meses hasta 4 veces al año; mientras que las mujeres pueden hacerlo hasta 3 veces al año, cada cuatro meses.

Cuando donas te extraen un promedio de 450 ml. de sangre. Lo extraído no es ni el 10% de la sangre que cuenta una persona de 55 kg. o más.

Cabe resaltar que donar sangre no produce aumento o disminución del peso corporal, tampoco causa anemia ni disminuye las defensas del organismo, mucho menos produce enfermedades.

Los interesados en convertirse en donantes de sangre pueden dirigirse hasta el CENSSA, de lunes a viernes, de 7:00 a 17:00. Sábados y domingos de 7:00 a 15:00, o bien acercarse a cualquiera de las unidades transfusionales de los servicios del Ministerio de Salud.

Para donar sangre no es necesario estar en ayunas, solo se requiere estar en buen estado de salud, tener entre 18 a 60 años de edad y contar un peso a partir de 55 kilos.

Los menores de 18 años pueden donar solo si cumplen con las condiciones fisiológicas y con autorización de los padres. En tanto que aquellos que se realizaron recientemente algún tatuaje o se colocaron piercing podrán donar sangre luego de un año de haberse realizado cualquiera de los procedimientos citados.

NO pueden donar sangre: las embarazadas ni mujeres en periodo de lactancia, personas con gripe o resfrío, con adicción a las drogas o que padezcan de enfermedades crónicas o infectocontagiosas (hepatitis, VIH y otras de transmisión sexual).

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