Absolución de Silvestre Olmedo: Fiscalía anuncia apelación

Luego de la absolución del sacerdote de Limpio Silvestre Olmedo por parte de un tribunal anoche, el Ministerio Público anunció que apelará la resolución. El religioso fue acusado por acoso sexual a una joven, delito que él mismo admitió haber cometido. Aún así, quedó libre sin culpa ni pena.

Silvestre Olmedo, en su comparecencia ante el Tribunal de Sentencia, que finalmente lo absolvió. / Foto: Twitter @jsandinopy.

“Nosotros creemos en la declaración de la víctima, creemos en ese hostigamiento por parte del señor Olmedo con fines sexuales. Por eso mantuvimos la acusación y defendimos el juicio, pero lastimosamente la valoración del tribunal fue distinta a la nuestra. El Ministerio Público y la querella habían acusado por acoso”, expuso el fiscal del caso, Luis Chamorro, en comunicación con La Unión, anunciando que apelará la decisión.

Citó como ejemplo de acoso del sacerdote hacia la joven hechos como tocarle el cabello, la oreja, la espalda y el manoseo de los pechos.

En ese sentido, señaló que la joven Alexa, en su declaración, ya había sido víctima de un hostigamiento como “coqueteo y un trato por demás afectivo” antes del manoseo de los pechos, hecho más grave entre todos los denunciados.

El Tribunal de Sentencia integrado por los jueces Leticia de Gásperi, Dina Marchuk y Hugo Segovia absolvió de culpa y pena al sacerdote Silvestre Olmedo, de la Parroquia San José de Limpio. La votación fue de 2 (Marchuk y Segovia) a 1 (De Gásperi).

El caso

El sacerdote Silvestre Olmedo fue acusado por la Fiscalía por acoso sexual a Alexandra Torres, suceso ocurrido en el año 2016 cuando la joven fue “invitada” al despacho del cura, donde ocurrió el delito. Segovia y Marchuk dijeron que no tiene dudas de que Olmedo manoseó a la joven. Sin embargo, a la misma vez argumentaron que “hacen falta otros actos” para condenarlo, además de que el hecho no fue “reiterativo”.

El sacerdote había admitido el hecho y dijo que actuó “inapropiadamente”. Por su parte, el monseñor Edmundo Valenzuela había pedido “no hacer una montaña de una piedrita”, minimizando la grave denuncia, aunque admitió que se había producido un “acto indecoroso”.

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