Hoy comienza juicio oral contra “gatillos fáciles” que dejaron parapléjico a un joven

Los dos uniformados procesados en la causa, pertenecientes a la Comisaría 4ta de barrio Obrero, son el comisario principal Jorge Ignacio Zárate Barreto y el suboficial primero Jhonnie Osvaldo Orihuela Chávez, a quien el padre de la víctima, de también nombre Richard Pereira, atribuye el balazo que dejó a su hijo sin motricidad de las axilas hasta los pies.

El padre de la víctima aseveró que en reiteradas ocasiones los policías ofrecieron sumas de dinero para solucionar el caso y dejarlo sin efecto, pero dijo que esto “no sería justo”, por lo cual ha insistido en todo momento que ambos uniformados sean sometidos a la Justicia. “Empezaron con 10.000 dólares, después fueron a 100 millones de guaraníes y la última vez quisieron darme 200 millones, pero teníamos que renunciaron a lo penal, por eso digo que sería injusto”, explicó en comunicación con La Unión R800 AM, añadiendo que rechazó todas esas ofertas debido a que “después del apoyo de tanta gente, aceptando ese dinero no íbamos a poder mirarles a la cara”.

Pereira afirmó que la vida de su hijo ha sido muy difícil desde lo que le tocó sufrir. No obstante, resaltó que “tiene una fortaleza enorme”. “Siempre digo que no soy yo el que le lleva; es él quien me lleva a mí”, expresó, destacando la entereza de su hijo para salir adelante.

De hecho, afirmó que, a pesar de las condiciones limitadas de Richard, actualmente trabaja en su casa como técnico de celulares para mantener a sus hijos. “De las axilas para abajo no tiene motricidad, solo mueve los brazos y la cabeza. Con eso le basta para trabajar, manejarse y mantener a sus hijos”, resaltó.

El juicio oral iniciará hoy a las 08:00 horas.

El caso

Según los relatos de la víctima y la carpeta fiscal, Richard se dirigía a su casa cuando una patrullera con luces apagadas comenzó a perseguirlo. El joven fue interceptado en las calles 24ª Proyectada y Paí Pérez, en el barrio Roberto L. Petit de Asunción.

En la noche del 13 de agosto del 2016, Richard descendió de su vehículo con las manos en alto y el suboficial Orihuela lo tiró al suelo, obligándolo a que se ponga de rodillas, para luego presuntamente haberle disparado directamente en la nuca. El disparo lo dejó parapléjico.

Lo que no sabían los policías es que todo iba a quedar grabado en imágenes de cámaras de seguridad adyacentes al lugar de lo ocurrido.

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