“Las trabajadoras sexuales pobres somos las más discriminadas, a las modelos nadie les dice nada”

 

Lucía Benítez y Ana Segovia de la Asociación de Trabajadoras Sexuales del Paraguay visitaron los estudios de Radio La Unión para hablar sobre el tema del anteproyecto que busca proteger sus derechos humanos y laborales, y además revelaron todo lo que pasan a menudo las “trabajadoras de la noche”, un trabajo duro de asimilar, por la discriminación de la sociedad.

“Visitamos al Presidente del Senado Fernando Lugo, para exponerle nuestro trabajo, como estamos trabajando y hablamos sobre el anteproyecto de ley que queremos presentarle estamos buscando una legislación, queremos garantizar que el trabajo sea reconocido como un trabajo, queremos mejores condiciones laborales para las compañeras”, expresó Lucía.

Ambas participaron el 5 de octubre pasado en Buenos Aires, de un evento regional de trabajadoras sexuales, en conmemoración de los 20 años de lucha, de la Red de Trabajadoras Sexuales de Latinoamérica y el Caribe (RedTraSex).

Asociación de Trabajadoras Sexuales del Paraguay

La Asociación de Trabajadoras Sexuales del Paraguay cumple 13 años este octubre, con casi más de 4 mil afiliadas, esta asociación integran solamente mujeres trabajadoras sexuales autónomas.

“Hasta el momento somos casi 4 mil afiliadas, trabajamos a nivel nacional aunque no abarcamos todas las regiones. Nosotras no trabajamos con menores de edad, solo con mujeres mayores, que se identifican trabajadoras sexuales y también abarca aquellas que no se identifican socialmente”, añadió Ana.

“La parte de asimilación de la familia es muy dura”

Por su parte, Lucía manifestó que son más las mujeres que se identifican como “trabajadora sexual” y contó que para muchas es muy difícil asimilar el trabajo, por la discriminación que se sufre.

“Somos más las que nos identificamos por el momento, porque para muchas es difícil aceptar, decir “yo soy trabajadora sexual”, mucho más por la discriminación que se sufre por parte de la misma familia, muchas engañan a sus familias, dicen que vienen a trabajar en casas de familia, sin embargo se dedican a la prostitución. La parte de asimilación de la familia es muy dura, hasta que saben de dónde viene la plata que te da de comer, luego parece que asimilan”, indicó.

En cuanto al pago por el servicio.

Cada mujer tiene un monto X, cada una es libre de poner precio por su servicio si es independiente, cuando se trabaja en locales, es 50/50 % porque el dueño del local le cobra la pieza, la cama. Sábanas, baño, y demás cosas.

Trabajadoras sexuales identificadas vs modelos.

Las mujeres manifestaron todo tipo de discriminación por el trabajo que realizan, pero señalaron que las “pobres” son las más discriminadas, sin embargo a las modelos que dicen públicamente cuánto cobran, nadie les dice nada

“Las pobres somos las más discriminadas, porque las que están bien, por ejemplo las secretarias que se meten con los patrones, nadie ve eso, solo se ve en las que estamos paradas en las calles, y totalmente las modelos también, salen diciendo en la tele, cobramos tanto, y no le dicen nada a ellas, nadie les discrimina. El trabajo sexual no es solamente para la que está parada en la calle o en un local, sino existen otras formas, nosotras consideramos trabajadoras sexuales a aquellas mujeres que reciben beneficios a cambio de un trabajo sexual”, dijo Lucía.

La historia de cada mujer trabajadora sexual es única, muchas inclusive mienten a sus familiares para ejercer la prostitución, otras sin embargo, asimilan como un trabajo “normal” y sus hijos saben a que se dedican.

Día a día de una trabajadora sexual

“Ahora mismo estoy militando bastante en la organización para trabajar por mis compañeras, lo que es la legislación del anteproyecto, buscar mejores condiciones laborales para mis compañeras, los fines de semana me dedico a mi trabajo, dijo Lucía, mientras que Ana señaló que se maneja más por celular, de manera independiente y también está más metida en la Asociación últimamente.

Lucia tiene dos hijos, una de 14 años y un nene de 10 años, no está casada, ambos saben a qué se dedica su madre.

“Mis hijos saben que soy trabajadora sexual, mi hija está en una organización “Somos pytyvohára”, donde se habla de derecho reproductivo, mi hija sabe sus derechos y no deja que nadie le diga nada, ni que le hagan bullying”, agregó.

“Nosotras no fomentamos el trabajo sexual”

Ana aclaró que ellas no buscan fomentar el trabajo sexual, ya que cada una es la que elige como cualquier otro trabajo.

“Nosotras no fomentamos el trabajo sexual, cada una elige como cualquier otra persona de la sociedad, la gente cuestiona,  rechaza este tipo de trabajo pero es un servicio que también se contrata”, añadió.

 

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