“Estoy yo sola para atender a tres pacientes críticos. Es la hora de darles su leche y darles sus pequeñas volteretas. Siempre fue así, pero esta vez ya colapsó. Hacemos de tripa y corazón para ir remando, pero con esta situación ya no podemos. Nos llegó un paciente con paro al que tuvimos que reanimarlo en una silla de ruedas porque no contamos más con camillas”, expresó Gerónima Almada, enfermera del Hospital de Barrio Obrero, en charla con Cada Mañana a través de La Unión, indicando que incluso “dejamos pacientes críticos para atender a los que llegan”.
Indicó que todo este contexto negativo se suma a que llevan trabajando extensas jornadas de 12 horas por dos meses consecutivos sin días libres. Cuestionó que esto no tenga si quiera un compensatorio económico. “Comprendemos la situación, pero nuestro personal ya se encuentra resentido. Somos personal insuficiente dentro del hospital”, dijo Almada.
Lamentó que, a poco de terminar sus años de servicio y llegar a su jubilación, las cosas no hayan cambiado en este concurrido centro asistencial. “Soñaba con ver un Hospital de Barrio Obrero grande, pero creo que me retiraré sin ver eso”, expresó.