Los talibanes afianzan su control del país y presentan su nuevo gobierno

El líder político del movimiento, Abdul Ghani Baradar, será nombrado jefe de Estado; la milicia dijo haber tomado el bastión de la resistencia

Milicianos talibanes patrullan afuera del Estadio Nacional de Criquet en Kabul / AAMIR QURESHI - AFP

El velo está por caer sobre la esperada formación del gobierno talibán, que tiene expectante a la comunidad internacional debido al misterio que envuelve el camino que pueda tomar el recién instalado régimen islamista, con malos antecedentes pero con promesas de cambio.

Según fuentes de los talibanes, el cofundador del movimiento, el mullah Abdul Ghani Baradar, encabezará un nuevo gobierno afgano que se anunciará pronto, mientras sus combatientes afirman haber dominado al reducto de resistencia armada en el valle de Panjshir.

Baradar, que dirige la oficina política de los talibanes, estará acompañado por el mullah Mohammad Yaqoob, hijo del difunto fundador del grupo, el mullah Omar, y por Sher Mohammad Abbas Stanekzai, en puestos de responsabilidad en el gobierno, según las fuentes.

“Todos los principales líderes llegaron a Kabul, donde se están ultimando los preparativos para anunciar el nuevo gobierno”, dijo un dirigente talibán. Haibatullah Akhunzada, el líder religioso supremo del movimiento, se centrará en los asuntos religiosos y en que se gobierne dentro del marco del islam.

Aunque los talibanes hablaron de su deseo de formar un gobierno de consenso, una de las fuentes dijo que el gobierno interino estaría integrado únicamente por miembros del grupo. Tendría 25 ministerios, con un consejo consultivo, o shura, de 12 eruditos musulmanes. También se está planificando una loya jirga, o gran asamblea, que reunirá a ancianos y representantes de toda la sociedad afgana para debatir una Constitución y la estructura del futuro gobierno.

Lo que está en juego es si los talibanes pueden gobernar un país que enfrenta un colapso económico, un desastre humanitario y amenazas a la seguridad y la estabilidad de grupos jihadistas rivales, incluida una rama local del Estado Islámico, que se hizo presente con el doble atentado del aeropuerto de Kabul días antes de la retirada total de los diplomáticos y militares occidentales.

Por lo pronto, el grupo sigue luchando por apagar la última llama de resistencia en el valle de Panjshir, 80 kilómetros al norte de Kabul, que resistió durante una década la ocupación de la Unión Soviética (1979-1989) y también al primer gobierno de los talibanes (1996 y 2001).

Los talibanes dijeron haber tomado el valle, donde la resistencia se agrupo esta vez bajo el liderazgo de Ahmad Massoud, hijo del excomandante mujaidín Ahmad Shah Massoud, héroe militar y referente para miles de afganos.

 

Fuente: lanacion.com.ar

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