“La cúpula policial anterior no hizo participar a todas las partes del proceso”, repudió López en comunicación con La Unión.
Sobre el punto, acusó al recientemente salido comandante de la Policía Nacional Bartolomé Báez, señalando que es desde la propia cabeza de la Policía Nacional que no se le ha dado participación hasta ahora al Departamento de Homicidios para que investigue el asesinato de Peralta. “Veremos si ahora con esta nueva cúpula, que admitió que la Policía está en crisis, puedan ayudarnos a que se aclare”, dijo, agregando que todos los agentes policiales que intervinieron en el intento de asalto deben ser imputados y “son culpables”.
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Al respecto, mencionó que el informe del departamento de Criminalística detalla que la escena original del hecho fue “contaminada”. Aseveró que hay un video “más contundente” que sostiene su teoría de que los policías implicados en el suceso “modificaron las pruebas a su antojo”, apuntando especialmente contra el comisario Julio Cabañas, el único imputado en la causa. “Limpiaron y armaron la escena como ellos quisieron”, expuso.
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Añadió que el escrito del departamento de Criminalística afirma que Peralta fue ultimado con balas de arma corta, no con arma larga, como quieren hacer creer los uniformados. “Ocultaron pruebas, mintieron a la Fiscalía, presentaron mal la camioneta del GEO con pruebas adulteras, mintieron en todo momento”, repudió López.
Ratificó que los dos impactos de bala que fueron mortales para su marido fueron de los policías intervenientes en el intento de asalto.
El caso
Un grupo de cinco asaltantes intentaron atracar la sucursal del Banco Visión de Fernando de la Mora el pasado jueves 25 de octubre por la tarde, pero no lograron su objetivo debido a que se enfrentaron a efectivos de la Policía Nacional. Lamentablemente, el subcomisario Arístides Peralta falleció en el acto a causa de un impacto de bala en el cuello.
En principio, fuerzas policiales informaron que Peralta murió a causa de un disparo de arma de fuego ejecutado por los asaltantes del banco. Posteriormente, se descubrió que el comisario Julio Cabañas, un propio camarada suyo, fue quien lo habría ultimado.