La táctica empleada, conocida como “phishing”, implica que los destinatarios descarguen y abran documentos en formato PDF de las facturas electrónicas falsas. Estos documentos contienen malware, que son códigos diseñados para acceder a datos personales y contraseñas. El objetivo de esta maniobra es apropiarse de esta información y utilizarla para llevar a cabo acciones ilícitas, como realizar compras, transferencias de dinero, o llevar a cabo otros actos fraudulentos.