Temor en Gran Bretaña por el impacto de nuevas normas inmigratorias

Vegetales que se pudren en los campos, los alimentos que quedan sin procesar, los ancianos y discapacitados sin que nadie los atienda, son las preocupaciones principales.

Foto: AP.

Es el cuadro sombrío que pintan algunos empleadores británicos como resultado de las nuevas normas de inmigración que entrarán en vigencia en menos de un año.

Granjas, plantas de alimentos y hogares para ancianos dijeron el miércoles que padecerán una grave escasez de personal bajo el plan del gobierno que abre las puertas del país a inmigrantes capacitados e instruidos y las cierra a quienes considera trabajadores “poco calificados”.

l gobierno conservador del primer ministro Boris Johnson emitió un mensaje contundente: “Los empleadores deberán adaptarse”.

“Tenemos que cambiar el foco de nuestra economía, dejar de confiar en la mano de obra europea barata y concentrar las inversiones en la tecnología y la automatización”, dijo el gobierno en un documento sobre sus planes de inmigración.

¿POR QUE CAMBIAN LAS REGLAS INMIGRATORIAS?

La salida británica de la Unión Europea está dando lugar al cambio en las normas de inmigración más grande en muchas décadas.

Cuando Gran Bretaña era parte de la UE, los ciudadanos de los 27 países restantes tenían derecho a vivir y trabajar en el Reino Unido y viceversa.

Más de 3 millones de ciudadanos de la UE viven en Gran Bretaña y tienen derecho a permanecer. Pero una vez finalizado el período de transición post-Brexit el 31 de diciembre, las nuevas normas se aplicarán todos por igual.

La decisión de los británicos de salir de la UE fue motivada en parte por la creencia de que una inmigración en gran escala había bajado los sueldos y aumentado el desempleo entre los nativos.

Muchos economistas dicen que hay poca evidencia de que eso haya sido así. El Reino Unido tenía un desempleo bajo y los inmigrantes generan empleos, además de tomarlos. Sin embargo, la consigna de “recuperar el control” de la inmigración fue uno de los caballitos de batalla de Johnson y otros promotores de Brexit. Y ahora pueden decir que cumplieron con esa promesa.

“El mensaje real que se le está haciendo llegar al electorado es que ‘tenemos el control’”, dijo Rob McNeil, subdirector del Observatorio de la Migración de la Universidad de Oxford.

La secretaria de Interior británica Priti Patel se reúne con estudiantes y personal del Imperial College, de Londres. / Foto: AP.

¿EN QUÉ CONSISTEN LAS NUEVAS NORMAS?

A partir del año próximo, la mayoría de la gente que espera mudarse a Gran Bretaña deberá poseer el “nivel requerido” de conocimiento de inglés _no se aclara cuál es_ y una oferta laboral que les pague al menos 25.600 libras (33.000 dólares) anuales. Los que ganan menos podrán entrar si poseen conocimientos especiales o trabajan en un sector donde falta mano de obra, como la salud.

Las nuevas normas no afectan a los refugiados o solicitantes de asilo, y habrá otras para estudiantes y científicos, artistas y deportistas de talento. Pero no habrá un sistema de visas para “trabajadores poco calificados” y la mayoría de los que trabajan por cuenta propia.

¿QUÉ PIENSA EL EMPRESARIADO?

Las nuevas propuestas sobre inmigración representan un cambio radical –y mal visto– para sectores de la economía que dependen de trabajadores extranjeros. Según estimados del propio gobierno, el 70% del millón de ciudadanos de la UE que vinieron a Gran Bretaña desde el 2004 no hubieran podido sacar visas bajo las nuevas normas.

Muchos inmigrantes de Europa oriental trabajan en las cosechas de frutas y verduras, así como en fábricas que procesan alimentos.

Toby Williams, presidente del Sindicato Nacional de Trabajadores del Campo, dijo que los nativos sencillamente no quieren hacer ese trabajo duro y relativamente mal pagado. Indicó que las granjas de frutas, vegetales y flores necesitan unos 70.000 trabajadores en las épocas de cosecha y que el gobierno propone entregar solo 10.000 por año.

Indicó que la automatización aliviará un poco las cosas, pero no resolverá la escasez de mano de obra a corto plazo.

“Se está trabajando en eso, pero no será algo de cinco minutos”, dijo Williams a Sky News. “Estamos hablando de unos 10 años probablemente”.

Más de 100.000 personas de la UE cuidan ancianos, incapacitados y personas con enfermedades crónicas y ese sector está corto de personal.

Christina McAnea, subsecretaria general del sindicato Unison, dijo que las nuevas normas inmigratorias “son un desastre para el sector”,

Empresas que contratan panaderos, carniceros y baristas también expresan alarma. Mark Harrison, de la Federación de Comidas y Bebidas, exhortó al gobierno conservador a que facilite la contratación de personal para las tareas más básicas.

“Nos preocupa el acceso a ayudantes de panadero, procesadores de carne y personal vital para la producción de una cantidad de alimentos, como quesos, pastas y salchichas”, manifestó Harrison.

Al gobierno no parecen preocuparle demasiado esas inquietudes.

“Es hora de que las empresas empiecen a invertir en la gente de este país”, afirmó el secretario del interior Priti Patel el miércoles.

¿BAJARÁ LA INMIGRACIÓN? ¿QUÉ IMPACTO TENDRÍA ESO EN LA ECONOMÍA?

El gobierno sostiene que las nuevas normas reducirán la inmigración, que actualmente es de unas 200.000 personas por año. Pero no está claro cuánto.

Jonathan Portes, profesor de economía y políticas públicas del King’s College de Londres, dijo que “el impacto más grande ya se dio: la migración de la UE ha bajado significativamente” desde el referendo de Brexit del 2016.

La mayoría de los inmigrantes provienen hoy de países ajenos a la UE y las nuevas normas harán que les resulte más fácil ser admitidos ya que se bajan los requisitos de educación y sueldos.

Las propuestas del gobierno todavía no son ley y persisten muchas dudas sobre lo que se cobrará por las visas, el papeleo y otros aspectos. Pero el gobierno conservador de Johnson tiene una mayoría importante y es previsible que sus propuestas sean aprobadas.

“Si el gobierno cumple sus promesas de agilizar el sistema, hacerlo más eficiente, menos burocrático y más sencillo, esto podría ser bueno para los empleadores y para la economía en general”, expresó Portes. “Pero ese es un gran condicional”.

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