Indicó que hasta el momento, desde que ocurrió el ataque de los policías, ha gastado por la rehabilitación de su hijo un monto cercano a los G. 800 millones. Sin embargo, tomando en cuenta que la víctima debe continuar con su tratamiento y además no podrá solicitar trabajo, pedirán formalmente G. 2.800 millones.
Afirmó que ha cumplido con uno de los principales requisitos, consistente en que, teniendo las pruebas del ataque de los policías, se debe solicitar el resarcimiento hasta dos años después del hecho. “Pedimos en julio del año pasado”, afirmó en comunicación con La Unión. El caso sucedió en agosto de 2016.
“Yo estuve casi un año sin trabajar porque mi hijo dependía total y exclusivamente de mí, hasta para sus necesidades fisiológicas”, explicó el padre de la víctima, afirmando que esta situación “económicamente nos destrozó”.
Leé más: Condenaron a 20 y 11 años de cárcel a policías “gatillo fácil”
El caso
Según los relatos de la víctima y la carpeta fiscal, Richard se dirigía a su casa cuando una patrullera con luces apagadas comenzó a perseguirlo. El joven fue interceptado en las calles 24ª Proyectada y Paí Pérez, en el barrio Roberto L. Petit de Asunción.
En la noche del 13 de agosto del 2016, Richard descendió de su vehículo con las manos en alto y el suboficial Orihuela lo tiró al suelo, obligándolo a que se ponga de rodillas, para luego dispararle directamente en la nuca. El balazo lo dejó parapléjico.
Los policías no contaban con que todo iba a quedar grabado en imágenes de cámaras de seguridad adyacentes al lugar de lo ocurrido.