López Perito enfatizó en que se trató de un “golpe a la democracia”, un “golpe parlamentario encubierto de juicio político”. “Mucha gente aún quiere decir que, como fue un juicio político y no jurídico, no hay inconvenientes en romper no solamente los marcos que establece la ley para el procedimiento legítimo, como el derecho a la defensa y todo lo demás, sino también todos los marcos de razonamiento jurídico elementales. Y eso es lo que se aplicó en Paraguay”, analizó en comunicación con La Unión, afirmando que “se rompieron todos los plazos procesales y todas las normas jurídicas que le podían dar algún viso de seriedad”.
“Un rompimiento de estas características marcan la historia posterior”, expresó el también exsenador.
No obstante, admitió que hubo “co-responsabilidades” entre su sector, el Frente Guasu, y el Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), los cuales habían conformado la Alianza Patriótica para el Cambio para vencer a la ANR en las elecciones generales del 2008.
“Teniendo los antecedentes que hubo varios intentos por sacar a Lugo, ¿por qué no se cuidó la alianza que tenía el Gobierno con el PLRA? Ese fue el ninguneo personalista muy irresponsable de Lugo de no atender la trama, acerca de no atender que Blas Llano se enredara con el golpe que venía del Partido Colorado”, reconoció, afirmando que este escenario fue lamentable porque el Ejecutivo tenía el Parlamento en contra.
Sobre el punto, López Perito recordó que esta cuestión él le planteaba a Lugo, por lo cual luego por momentos comenzó a tratarlo de “traidor”.
Además, mencionó que la presidencia del referente del Frente Guasu perdió vínculos con la ciudadanía en los últimos meses de su mandato.
De todos modos, resaltó los casi cuatro años que duró el gobierno de Fernando Lugo. “Fue un gobierno que trabajó contra viento y marea. Con el Congreso en contra, la crisis financiera mundial del 2008, las sequías, las inundaciones, la enfermedad del presidente… En fin, se capearon problemas muy grandes con muy pocas posibilidades y con poca fuerza e inestabilidad política”, destacó el exjefe de gabinete.
Finalmente, lamentó que la confianza en el progresismo y de la izquierda en general en la actualidad esté muy dañada, especialmente tras lo ocurrido con Mario Ferreiro en la intendencia de Asunción, que terminó de “remachar” la imagen de este sector político. “Actualmente veo muy debilitadas a las fuerzas progresistas del Paraguay y eso es delicado porque lo único que puede contener esta ola de corrupción es la ciudadanía organizada. Ahora veo atomización y fragmentación. Es preocupante”, culminó.